La protección térmica es un método para detectar condiciones de sobretemperatura y desconectar la alimentación de los circuitos electrónicos. La protección evita incendios o daños en los componentes electrónicos, que pueden surgir debido al exceso de calor en las fuentes de alimentación u otros equipos.
La temperatura de las fuentes de alimentación aumenta debido tanto a factores ambientales como al calor generado por los propios componentes. La cantidad de calor varía de una fuente de alimentación a otra y puede ser un factor de diseño, capacidad de potencia y carga. La convención natural es adecuada para eliminar el calor de las fuentes de alimentación y equipos más pequeños; sin embargo, se requiere refrigeración forzada para las fuentes más grandes.
Cuando los dispositivos funcionan dentro de sus límites de seguridad, la fuente de alimentación suministra la potencia prevista. Sin embargo, si se superan las capacidades térmicas, los componentes empiezan a deteriorarse y acaban fallando si funcionan bajo un exceso de calor durante mucho tiempo. Las fuentes y equipos electrónicos avanzados disponen de una forma de control de la temperatura en la que el equipo se apaga cuando la temperatura del componente supera el límite de seguridad.
Dispositivos de protección contra el exceso de temperatura
Existen distintos métodos para proteger las fuentes de alimentación y los equipos electrónicos de las condiciones de sobretemperatura. La elección depende de la sensibilidad y complejidad del circuito. En los circuitos complejos, se utiliza una forma de protección que se restablece automáticamente. Esto permite al circuito reanudar el funcionamiento una vez que la temperatura vuelve a la normalidad.